Avistamiento responsable de fauna
Una de las primeras actividades del itinerario fue un safari fotográfico en los alrededores del Parque Nacional Torres del Paine, en busca del puma, uno de los grandes protagonistas de la fauna patagónica. Esta experiencia, que ha tenido un auge en los últimos años, se desarrolló con un enfoque de conocer la  responsabilidad que el avistamiento conlleva, respetando los senderos habilitados y observando los comportamientos naturales de los animales sin intervenirlos.
Aunque el primer felino no se dejó ver completamente, se encontraba oculto en una quebrada, el grupo fue testigo de un momento único: guanacos y aves alertando con gritos y movimientos nerviosos ante la presencia cercana de un puma. Escuchar ese lenguaje natural fue, para muchos, una experiencia tan poderosa como el avistamiento mismo que pudieron tener momentos después. 
Este enfoque es clave: no se trata solo de ver, sino de aprender a observar con respeto. La actividad también permitió conocer el trabajo de Nicolás Videla de @wildfauno y entender cómo este tipo de turismo se está profesionalizando en la región, generando un modelo sostenible que protege la fauna y a la vez ofrece experiencias transformadoras a los visitantes.


Sierra Baguales: fósiles y primeras huellas humanas
La cadena montañosa de Sierra Baguales, ubicada a unos 120 km de Puerto Natales y justo al costado del Parque Nacional Torres del Paine, se presenta como un auténtico tesoro paleontológico y humano de la Patagonia. Caminar por sus rutas es atravesar millones de años: desde antiguos mares hasta bosques cretácicos, desde dinosaurios hasta mamíferos modernos.
Su registro contempla vestigios que abarcan desde hace aproximadamente 90 hasta 23 millones de años, revelando cómo el territorio ha mutado entre océanos, deltas y extensos bosques templados. Allí se han encontrado fósiles de árboles petrificados, conchas marinas, dientes de tiburón y cetáceos primitivos, incluyendo especies de ballenas que aún conservaban patas funcionales, lo que convierte a Sierra Baguales en uno de los yacimientos más relevantes de Chile.
Además, esta cordillera ha sido descrita como una verdadera “aduana entre Sudamérica y la Antártida”: los árboles del género Nothofagus que hoy crecen en Magallanes, roble, raulí, lenga, coihue— habrían migrado desde la Antártica a través de pulsos de conexión terrestre hace decenas de millones de años. Ese intercambio vegetal y biogeográfico está plasmado en la roca de Sierra Baguales, un lugar donde la geología y la biología se entrelazan.
Para quienes formaron parte del fam press organizado por Hoteles Australis, la experiencia fue mucho más que una excursión: fue adentrarse en un espacio sin senderos masificados, donde el silencio, las huellas de guanacos y el territorio en sí, construye un relato profundo sobre el pasado.
Desde Hoteles Australis creemos que el turismo también puede ser ciencia, educación y conservación. Por eso, abrir esta “ventana” a la Patagonia profunda no es solo parte de nuestro quehacer , es nuestra manera de contribuir al desarrollo de un turismo científico y sostenible que conecte a las personas con el territorio de forma auténtica y transformadora.

Museo de Historia Natural de Río Seco con Judith Pardo
 La visita al Museo de Historia Natural de Río Seco en Punta Arenas incluyó un momento que los participantes describieron como “de otro planeta”: observar de cerca a Fiona, la ictiosauria hembra preñada con dos embriones, un ejemplar único en el mundo, junto a la paleontóloga magallánica Judith Pardo, quien lideró su descubrimiento y rescate.
Fiona, con aproximadamente 131 millones de años de antigüedad, fue preservada de forma excepcional gracias a un alud submarino que selló su cuerpo y el de sus crías. Hoy es considerada uno de los fósiles más relevantes hallados en Chile y ha sido reconocida en la comunidad científica internacional, apareciendo en medios como The University of Texas at Austin Jackson School of Geosciences y The New York Times por su aporte al conocimiento global sobre los ictiosaurios y la vida marina del Cretácico.
Durante la experiencia organizada por Hoteles Australis, los invitados pudieron conocer de primera mano la historia de este hallazgo, entender su relevancia paleontológica y escuchar a Judith relatar cómo fue el proceso de excavación en el glaciar Tyndall —un trabajo que une ciencia, territorio y pasión.
El Museo de Río Seco no es un espacio masivo, sino un lugar íntimo y vivo, donde ciencia y comunidad se entrelazan. Se puede visitar previa coordinación y reserva, lo que permite acceder a una experiencia mucho más cercana, personal y significativa.
Para Hoteles Australis, este tipo de instancias no son simplemente parte de un itinerario: son oportunidades para conectar a nuestros huéspedes con el conocimiento vivo que habita en la Patagonia. Tanto Hotel Costa Australis como Hotel Cabo de Hornos actúan como puertas de entrada a estas experiencias únicas, que combinan confort, historia, ciencia y territorio.
Al promover visitas como esta, reafirman su compromiso con impulsar un turismo científico y cultural, más consciente y con identidad, que pone en valor los tesoros patrimoniales de la región

Turismo con propósito
Para Gabriela Schiller, encargada de Marketing de Hoteles Australis, este fam press representa “un paso importante hacia una narrativa turística más diversa y consciente. Queremos mostrar que Patagonia no es solo postales icónicas, también es conocimiento, historia y conservación. Y que nuestros hoteles son el punto de partida para vivirla de esa manera”.
“Hotel Costa Australis y Hotel Cabo de Hornos son más que lugares donde alojar: son parte de la historia de nuestras ciudades y puertas de entrada a un territorio único en el mundo.”